viernes, enero 26, 2007

De lo bueno, muy poco.

"Lo mejor viene en paquetes pequeños", sí han oído este refrán entonces entenderán de los que les voy a hablar, una de las características principales del ser humano es que siempre queremos más de lo bueno; poseemos ese deseo inagotable de jartarnos las cosas más exquisitas y preciadas además de no tener ninguna consideración acerca de su origen y si quedarán más. Lo único que no es importa es el ahora y el momento, es por eso que cuando tenemos ante nuestros ojos algo que nos gusta no queremos dejarlo ir y queremos que dure para siempre.

Ahora la pregunta es: ¿es esto algo negativo o positivo?, la respuesta tiene muchas vertientes, además que yo no soy ningún psicologo, ni mucho menos psiquiatra para entender en su totalidad la mente humana, así que disculpenme los profesionales en este ramo sí de repente estoy hablando pendejadas; el punto es que los grandes maestros de la humanidad, los genios que lograron grandes cosas para nuestro desarrollo, en realidad hicieron muy poco. Ya sean pintores, músicos, escritores o artistas de cualquier índole, ellos eran unos flojos para nuestra consideración, ¡Que importa si hicieron miles de obras! al final no es suficiente para saciar nuestras ansías de lo bueno.

Es por eso que lo bueno lo guardamos en Museos, lo alamacenamos en bodegas o lo guardamos en bovedas de máxima seguridad de esas que para poder entrar tienes que realizar maniobras estilo Misión Imposible; para que no se dañen, para poder conservarlas y adorarlas para siempre, le ponemos el título de "objetos invalorables para la humanidad" para ocultar nuestro deseo básico de verlas y sentir que son de nosotros y de nadie más. Sonará egoísta pero estaría mintiendo si digo que el ser humano es generoso por naturaleza, esa es una de nuestras debilidades, está grabado en nuestro código genético; cuando nacemos pobres y luchamos para obtener lo que queremos al lorgrarlo muchas veces se nos olvida lo que es ser humilde y recordar de donde vinistes; cuando nacemos ricos no tenemos consideraciones con gastar por lo mejor y lo más elegante pero sin saber que algún día el dinero se acabará y que debemos invertirlo de manera sabía para que los billetes trabajen igual que nosotros. La plata no se viene con nosotros cuando morímos, y sí queremos en realidad lo mejor para nosotros, debemos aprender a vivir en paz con nuestra conciencia y ayudar a otros para que despierten de es letargo absurdo de que sin mansiones, ni cuadros lujosos, ni carros último modelo, no hay buena vida.

Capitalismo, Comunismo, Socialismo, lo que sea, todas son pamplinas que hemos inventado como excusas para echarnos como cerdos en el lodo y dejar que los demás trabajen por nosotros, se tiene que acabar la papita pelada y las fácilidades absurdas que le colocamos a nuestra mente, todos somos capaces de lograr grandes cosas, para que cuando llegue lo bueno sepamos administrarlo y entendamos que siempre: "menos es más".

Jefferson.

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