Desde hace días estaba pensando en este artículo. Observando algunos foros en la Internet me encontré que la situación migratoria en España está cada vez más estricta, y es que al ser la puerta de entrada para Europa, los españoles han tomado medidas para prevenir el ingreso ilegal a su país. Pero ese no es el punto, cada nación tiene la obligación de vigilar sus fronteras de la manera que mejor le parezca, la vuelta a la tuerca está en las miles de denuncias que se tienen por tratos inhumanos y xenofóbicos en el Aereopuerto de Barajas por parte de la policia española. Es bien conocido los casos de los Brasileros que han sido detenidos en España y después de muchas maromas y malos ratos son deportados a Brasil sin explicación razonable; aún cuando tenían sus papeles en regla y soporte escrito del propósito de su viaje a España. Es allí cuando yo me pregunto: ¿Todavía seguimos con la misma cantaleta del racismo en pleno siglo XXI? Como dije anteriormente, me parece muy bien que en Europa se están poniendo las pilas con mejores medidas de control migratorio, pero eso no es excusa para tratar a los que "no son iguales a ellos" como animalitos de monte.
Ahora, ¿Cuál es la razón de esto? ¿Por qué tanta falta de respeto hacia los inmigrantes? Debemos analizar el alto flujo de personas que está saliendo de Centro américa y Sur américa hacia países más desarrollados, sus principales paradas son los Estados Unidos y Europa. Son personas que buscan mejores oportunidades, escapando de un estancamiento frustrante en sus países de origen. El problema está cuando estos inmigrantes llegan a estas naciones desarrolladas y empiezan a formar problemas. Es así que vemos las bandas de latinos o "Latin Kings" en Madrid jodiendo la paciencia y creando problemas donde no lo deberían hacer, vemos a los Chicanos en New York traficando droga y también a la Mafia Rumana traficando humanos en Italia; personas que no tienen conciencia social y que no entienden (ni quieren entender) que por uno pagamos todos. Si lo ponemos en perspectiva, si alguien viniera a Caracas, no es de aquí, viene como inmigrante y empieza a formar caos (más del que esxiste ya) aumentando el indíce de inseguridad y empeorando la calidad de vida, es de esperarse que yo me molestara y deseara con todas mis fuerzas que se fueran de mí país. Es entonces una cosa con muchos matices, por una parte nunca es aceptable un trato xenofóbico hacia otra persona pero también uno se debe comportar cuando está en casa ajena.
El racismo es tan viejo como la aparición del hombre, aprovecharse de los demás por creer que son razas inferiores no es algo que se inventó ayer. Existen registros de como los Mayas utilizaban a otras tribus como esclavos, los vikingos después de una guerra usaban a sus enemigos como trapeadores y quién puede olvidarse de los Nazis y su sádica afición a usar a los judíos como materia prima. Pareciera algo ya tatuado en el ADN humano el querer despreciar a los demás dependiendo de su color de piel, creencia religiosa o lugar de procedencia. Observamos como en pleno siglo XXI, era de tecnología arrechisima, celulares que vuelan y equipos de MP3 que se burlan de las computadoras, todavía nos encontramos con hechos xenofóbicos en todo el mundo. Porque no es tan solo en España, en Estados Unidos o en países de primer mundo. También lo vemos en Latinoamérica donde en Ecuador, Perú y Bolivia una alta población es de descendencia indígena, sin embargo no ves a ninguno de ellos protagonizando novelas o adquiriendo altos cargos políticos (Con excepción de Evo Morales y Rafael Correa) lo ves también aquí en Venezuela, que por mucho que Chavez quiera tapar el sol con un dedo, tenemos una división política y social muy marcada. Ya se sabía que en Venezuela el clasismo era algo que existía junto al racismo, éste segundo escondido atrás del telón. Pero ahora tenemos a un nuevo integrante, el separatismo político donde una maldita lista a creado mucho daño. Yo siendo de aquí y habiendo crecido aquí he tenido mis encontronazos con la realidad al ser de tez morena. Me acuerdo que una vez cuando estaba en 8vo de bachillerato, unos amigos y yo estabamos jodiendo con el carnaval en la calle (eso me pasa por joder de más, vieron que joder es la causa de muchas cosas) cuando sin querer mojamos a un señor dueño de un restaurante que queda cerca de mi Colegio; el señor en cuestión al percatarse de la mojada apunto sus baterías hacia mí y lo único que puedo decirles es que me sentí en Sudafrica en pleno apartheid. Otro caso fue empezando la Universidad, está vez ya más crecido y en mis cabales, tuve la oportunidad de ir a un casa muy bonita en Caracas. Me reuní con unas compañeras para hacer un trabajo, la mamá de una de ellas, muy simpática la señora nos ofreció una merienda. Es así que nos preguntó si queríamos Toddy, yo con mi cara de niño inocente dije que sí y es allí cuando la señora se las quizo dar del Conde del Guacharo: "Claro que te debe gustar el toddy, se nota que lo tomas mucho" de repente lo dijo de joda, pero hay cosas que a veces caen en el subconciente de uno y no lo dejan sacarse esa espinita. Yo no dije nada ante aquella referencia hacia mi color de piel entre tanto monocromático que dominaba aquella casa. Siendo un país tan tropical y de gente bastante alegre, tenemos expresiones de cariño que son muy validas: mi negrito, ese gochito, el cholito y pare de contar, pero hay cosas que diciendolas en juego y repetidamente se convierten en una realidad que tenemos allí y que no queremos aceptar, Como se dice en criollo: "de poquito a poquito, te lo meten dobladito"





