miércoles, mayo 27, 2009
jueves, mayo 21, 2009
Brown no es el primero, ni será el último, que toca estos temas. Un gran experto en explotar este tipo de historias es el periodista español J.J Benítez, con su saga de "Caballo de Troya" quebró muchas cabezas y puso a lectores a pensar si en realidad Jesucristo es en realidad como lo pintan. No conforme con tocar la religión, Benítez ha abordado el tema de los Ovnis (Objeto Volador No Identificado, por si acaso) su libro "El Misterio de la Virgen de Guadalupe" es una referencia a esto. Ambos han respaldado sus escritos con sendos mensajes de expedientes reales, de que todo lo escrito es verdadero y de que la investigación que presidió a las teclas del computador fue de miles de fuentes. Es entonces cuando nos encontramos con una vasta lista de autores de ficción que deleitan a miles de personas con universos paralelos, sociedades secretas e información que de tan solo escucharla convence al más incrédulo.
Ahora, observando leyendas y cuentos tradicionales de cada país nos encontramos que lo desconocido es lo común para contar historias. Todas las civilizaciones prehispánicas tienen sus relatos acerca de la creación, el "Popol Vuh" es muestra de eso. Los Incas tienen a El Dorado y los Mayas tienen su famoso calendario. Si nos vamos a Europa, no podemos dejar de lado las creencias Celtas, y si adelantamos un poco el tiempo, observamos que existió un sujeto llamado Nostradamus que con sus centurias, ha pegado más de un evento a lo largo de nuestra historia. Que mal que no dejó escrito los números del Kino. Los árabes tienen su Corán, que ya de por sí es un libro bastante interesante, y los Persas dejaron historias acerca de oasis secretos en el desierto, llenos de oro. ¿De dónde creen que salió la historia de Aladín y Las Mil y una Noches? Todos tenemos nuestro toque esotérico y conspirativo, inclusive la historia venezolana está llena de eso, o es que no se acuerdan del famoso tema de ¿cómo murió Bolívar en realidad? o ¿quién era en realidad Francisco de Miranda? y como olvidar las leyendas de el Negro Primero y de el indio Guaicaipuro.
Si bien es cierto que hoy en día existen algunas asociaciones que se han visto ligadas a teorías "poco convencionales" como lo son los Masones, Iluminatis, Sculls, Opus Dei, Orden Rosacruz, entre otros; es lógico asociar lo que no sabemos con lo maligno pero también con lo excitante. Mucho de lo que conocemos se basa en barreras y caminos previamente destinados. "Dios es éste por esto y esto"; "Este planeta es único en el universo porque mantiene vida"; "No, no podemos sobrepasar los límites de nuestro pensamiento". Pero cuando en realidad le echamos coco a las cosas y nos ponemos creativos, apartando conspiraciones y ritos secretos, nos encontramos que la realidad puede ser mucho más divertida. Einstein pensaba fuera de lo convencional, los que construyeron las pirámides de Egipto y México (extraterrestres o no) eran personajes que no creían en lo establecido, la lucha por los derechos civiles o la simple acción de querer ser mejores nos coloca por encima de cualquier cosa. Claro que siempre está el bendito: pero...
¿Estamos solos en realidad? ¿Los carajos que escribieron los Expedientes Secretos X, en realidad se inventaron las historias? ¿Las marcas en campos de siembra son un invento? ¿Cómo explicar lo que no conocemos? Son preguntas que dejamos de lado, pero que rondan nuestro subconsciente, que se quedan en esa parte de nuestro cerebro porque hay preguntas más importantes que responder: ¿mi familia está segura? ¿cómo hago para mantener a mis hijos? ¿mi carrera va en el camino que quiero?, incógnitas que nos dan un mejor resultado a corto plazo y nos permiten mantener los pies en tierra. Pero, pero ...
Jefferson.