¿Sexo débil?
Muy bien, vamos adentrarnos en terreno peligroso. Usemos entonces los guantes de seda, para no levantar tanta polémica. Hablemos del balance de las cosas, en especial entre el hombre y la mujer. Como con el pasar de los años, el sexo femenino ha dejado de ser considerado débil, para ocupar otros espacios.
En estos días me fijaba en el medallero de los juego Suramericanos, y como Venezuela había quedado en la tercera posición. El punto es que de esas medallas obtenidas por la delegación criolla, más de la mitad fueron ganadas por mujeres. No tan sólo en los deportes, también en la política, las ciencias, los negocios, las artes y en muchos otros campos, ellas han pisado duro y dejado huella. No, no he descubierto el agua tibia. Sé que nuestra sociedad, en especial la venezolana, es muy matriarcal; pero ésta definición siempre estuvo opacada por una percepción de que los hombres constituían el brazo productivo del país. Sin embargo, no sé que en que momento se dio la vuelta, y ahora palpamos que nuestro desarrollo, y las victorias políticas, dependen en gran medida de las mujeres. Hasta un ciego puede verlo.
Finalmente caminamos hacia un equilibrio. Olvídense del cliché de los 50 donde las mujeres sólo servían para cocinar, limpiar y procrear. El escenario es distinto, y las labores de la casa son compartidas. Ahora las cargas se dividen, y el cambio de pañales es una actividad unisex. La libertad se ha ido distribuyendo entre ambos sexos; para que manejar maquinaria pesada, llevar los chamos al colegio y escribir un ensayo de 100 páginas, sean cosas cotidianas para hacerlas en tacones. ¡Así de arrechas son! Sin embargo esto no es una proclamación hacia las mujeres. Ustedes ya saben lo que pueden hacer, y lo que han hecho. No, esto es una revisión de los valores que observamos ahora. De cómo el juego ha cambiado a la hora de conquistar, mantener una familia y vivir en pareja. De reconocer que hay que ceder algunas tradiciones, si no se quiere criar gatos en un apartamento de soltero por el resto de tu vida.
No me malinterpreten, no es cuestión de ser un pacato, es saber actuar ante un género que conoce muy bien sus derechos y sus fortalezas. Sí, esto es para usted compadre: el look de Latin Lover pasó de moda, y ahora hay que actuar con inteligencia. Por mucho tiempo se ha menospreciado al sexo femenino, y lamentablemente todavía se hace, sin embargo ellas con su infinita avidez saben sortear las barreras e invertirlas a su favor. Primero hay que empezar desde el hogar, recuerda que quien trata mal a su mamá arde en el infierno. Claro, ríase, pero hablo muy en serio. Desde ese espacio se cultiva nuestra mirada hacia el mundo, es por eso que hay que obtener un balance entre los poderes de la casa. Si bien no todas las familias son iguales, es importante aprender a discutir las cosas con calma, que las arrecheras a gritos se hacen fuera del alcance de los niños y que los coñazos nunca son una buena salida (a menos que quieras que tu trasero se pudra en la cárcel).
Sepan que no soy antropólogo, ni sicólogo y ni ningún otro “ologo”. A la hora de conquistar debes entender qué un no, siempre significa: NO. Qué empezar con mentiras no es positivo, porque a la larga todo se sabe. Qué la atracción debe ser mutua: física y mentalmente. Que ellas sí pueden ser “sólo amigas”, así que déjate de idioteces y madura. Que la rabia se resuelve hablando. No hemos llegado al Ipod, Ipad, Blackberry y Nintendo WII, para que tú te lances una del “Inca” Valero. Qué éste sistema es dual, y se resuelve de a dos. Qué debes ser un buen amante (y si no lo eres: APRENDE) porqué el sexo ya no es un tabú. Qué los logros profesionales se comparten y no se celan. Qué la confianza es clave, y si no se logra, no hay futuro amigo. Qué hay que apoyarse, en las buenas y en las malas. Qué no hay nada malo en ser romántico, y en cambiar la rutina. Qué no te de miedo enamorarte, porque ese sentimiento también es nuestro. Así es colegas, conquistar a una mujer conlleva usar el cerebro. Debemos entenderlo.
Ahora bien, pongamos el tono realista. Últimamente esas épocas de gigoló han pasado de moda, aunque ser elegante nunca es mala idea. El ritmo vertiginoso de la vida, ha dado ejemplos de que las mujeres prefieren tomar las riendas. Ante ésta situación no se preocupe, acuérdese de la palabra clave: inteligencia. Si bien ahora nosotros somos los “conquistados”, hay que saber jugar para no pasar por tonto. Primero: el respeto. Como se acostumbra a decir en el argot periodístico, uno lo único que tiene que perder es el nombre. Acuérdate de ser caballero, bien hablado y respetuoso, pero que no te vean la cara de huevón hermano. Todo en su justa medida, uno no vino a éste mundo para ser pisoteado por nadie. Segundo: habla claro desde el principio. No hay que caer en redes que después no sabremos como evitar. La mejor manera de conservar tu corazón intacto (sí, entérate que a uno también se le parte el corazón. Así que olvídate de machismos) es ir de mano de la realidad. Tercero: los compromisos hay que cumplirlos. Nunca es bien visto una persona que no cumple. Cuarto: se fiel a ti mismo. No cambies tu personalidad si eres feliz así.
Tomando la última idea, nunca está de más decir groserías, escupir, fumarte un cigarro, ajustarte el paquete, irte de juerga con los panas y emborracharte. ¿Por qué no está mal? Porque ellas también lo hacen. Las libertades hermano, las libertades. Vivimos en un mundo globalizado donde si no puedes aceptar que tu mujer gane más que tú, entonces naciste en la época equivocada. Ahora bien, no vamos a vivir en Sodoma y Gomorra. Pienso que es muy triste escuchar tantas historias de violencia familiar, violaciones, pérdida de valores, mujeres embarazadas desde temprana edad, irrespeto hacia los padres, del machismo estúpido y de un feminismo que entorpece. ¿Cómo nos manejamos? Vuelvo y repito: con inteligencia.
Se deben hacer concesiones para la felicidad. Donde ambos trabajen por el hogar, por los hijos, por la familia, por las cuentas y por el futuro. Para ellas: evitar que se siga perpetuando el machismo (sí, soy fiel creyente de que las mujeres son las primeras promotoras de esto) Madres, sepan que los niños sí lloran, que sí sufrimos de mal de amores, que no es bueno preguntarnos a los seis años: ¿Ya tienes noviecita? Y que un varón de verdad asume sus responsabilidades. Padres: recuerden que los hombres, guste o no, son pilares fundamentales de la familia. Qué: misógino, es una palabra que se debe eliminar del diccionario. Qué el reflejo de un buen hombre lo verá en ti.
Quizás con 23 años no soy la referencia de sabiduría. Muchos de ustedes me conocen, algunos no tanto. Pero el mensaje es el mismo: aceptación e inteligencia. Ellas lucharon por sus derechos, y nosotros debemos aceptar eso. Pero los valores humanos son cosas que no se deben perder por mucho escote o labia que se tenga.
En estos días me fijaba en el medallero de los juego Suramericanos, y como Venezuela había quedado en la tercera posición. El punto es que de esas medallas obtenidas por la delegación criolla, más de la mitad fueron ganadas por mujeres. No tan sólo en los deportes, también en la política, las ciencias, los negocios, las artes y en muchos otros campos, ellas han pisado duro y dejado huella. No, no he descubierto el agua tibia. Sé que nuestra sociedad, en especial la venezolana, es muy matriarcal; pero ésta definición siempre estuvo opacada por una percepción de que los hombres constituían el brazo productivo del país. Sin embargo, no sé que en que momento se dio la vuelta, y ahora palpamos que nuestro desarrollo, y las victorias políticas, dependen en gran medida de las mujeres. Hasta un ciego puede verlo.
Finalmente caminamos hacia un equilibrio. Olvídense del cliché de los 50 donde las mujeres sólo servían para cocinar, limpiar y procrear. El escenario es distinto, y las labores de la casa son compartidas. Ahora las cargas se dividen, y el cambio de pañales es una actividad unisex. La libertad se ha ido distribuyendo entre ambos sexos; para que manejar maquinaria pesada, llevar los chamos al colegio y escribir un ensayo de 100 páginas, sean cosas cotidianas para hacerlas en tacones. ¡Así de arrechas son! Sin embargo esto no es una proclamación hacia las mujeres. Ustedes ya saben lo que pueden hacer, y lo que han hecho. No, esto es una revisión de los valores que observamos ahora. De cómo el juego ha cambiado a la hora de conquistar, mantener una familia y vivir en pareja. De reconocer que hay que ceder algunas tradiciones, si no se quiere criar gatos en un apartamento de soltero por el resto de tu vida.
No me malinterpreten, no es cuestión de ser un pacato, es saber actuar ante un género que conoce muy bien sus derechos y sus fortalezas. Sí, esto es para usted compadre: el look de Latin Lover pasó de moda, y ahora hay que actuar con inteligencia. Por mucho tiempo se ha menospreciado al sexo femenino, y lamentablemente todavía se hace, sin embargo ellas con su infinita avidez saben sortear las barreras e invertirlas a su favor. Primero hay que empezar desde el hogar, recuerda que quien trata mal a su mamá arde en el infierno. Claro, ríase, pero hablo muy en serio. Desde ese espacio se cultiva nuestra mirada hacia el mundo, es por eso que hay que obtener un balance entre los poderes de la casa. Si bien no todas las familias son iguales, es importante aprender a discutir las cosas con calma, que las arrecheras a gritos se hacen fuera del alcance de los niños y que los coñazos nunca son una buena salida (a menos que quieras que tu trasero se pudra en la cárcel).
Sepan que no soy antropólogo, ni sicólogo y ni ningún otro “ologo”. A la hora de conquistar debes entender qué un no, siempre significa: NO. Qué empezar con mentiras no es positivo, porque a la larga todo se sabe. Qué la atracción debe ser mutua: física y mentalmente. Que ellas sí pueden ser “sólo amigas”, así que déjate de idioteces y madura. Que la rabia se resuelve hablando. No hemos llegado al Ipod, Ipad, Blackberry y Nintendo WII, para que tú te lances una del “Inca” Valero. Qué éste sistema es dual, y se resuelve de a dos. Qué debes ser un buen amante (y si no lo eres: APRENDE) porqué el sexo ya no es un tabú. Qué los logros profesionales se comparten y no se celan. Qué la confianza es clave, y si no se logra, no hay futuro amigo. Qué hay que apoyarse, en las buenas y en las malas. Qué no hay nada malo en ser romántico, y en cambiar la rutina. Qué no te de miedo enamorarte, porque ese sentimiento también es nuestro. Así es colegas, conquistar a una mujer conlleva usar el cerebro. Debemos entenderlo.
Ahora bien, pongamos el tono realista. Últimamente esas épocas de gigoló han pasado de moda, aunque ser elegante nunca es mala idea. El ritmo vertiginoso de la vida, ha dado ejemplos de que las mujeres prefieren tomar las riendas. Ante ésta situación no se preocupe, acuérdese de la palabra clave: inteligencia. Si bien ahora nosotros somos los “conquistados”, hay que saber jugar para no pasar por tonto. Primero: el respeto. Como se acostumbra a decir en el argot periodístico, uno lo único que tiene que perder es el nombre. Acuérdate de ser caballero, bien hablado y respetuoso, pero que no te vean la cara de huevón hermano. Todo en su justa medida, uno no vino a éste mundo para ser pisoteado por nadie. Segundo: habla claro desde el principio. No hay que caer en redes que después no sabremos como evitar. La mejor manera de conservar tu corazón intacto (sí, entérate que a uno también se le parte el corazón. Así que olvídate de machismos) es ir de mano de la realidad. Tercero: los compromisos hay que cumplirlos. Nunca es bien visto una persona que no cumple. Cuarto: se fiel a ti mismo. No cambies tu personalidad si eres feliz así.
Tomando la última idea, nunca está de más decir groserías, escupir, fumarte un cigarro, ajustarte el paquete, irte de juerga con los panas y emborracharte. ¿Por qué no está mal? Porque ellas también lo hacen. Las libertades hermano, las libertades. Vivimos en un mundo globalizado donde si no puedes aceptar que tu mujer gane más que tú, entonces naciste en la época equivocada. Ahora bien, no vamos a vivir en Sodoma y Gomorra. Pienso que es muy triste escuchar tantas historias de violencia familiar, violaciones, pérdida de valores, mujeres embarazadas desde temprana edad, irrespeto hacia los padres, del machismo estúpido y de un feminismo que entorpece. ¿Cómo nos manejamos? Vuelvo y repito: con inteligencia.
Se deben hacer concesiones para la felicidad. Donde ambos trabajen por el hogar, por los hijos, por la familia, por las cuentas y por el futuro. Para ellas: evitar que se siga perpetuando el machismo (sí, soy fiel creyente de que las mujeres son las primeras promotoras de esto) Madres, sepan que los niños sí lloran, que sí sufrimos de mal de amores, que no es bueno preguntarnos a los seis años: ¿Ya tienes noviecita? Y que un varón de verdad asume sus responsabilidades. Padres: recuerden que los hombres, guste o no, son pilares fundamentales de la familia. Qué: misógino, es una palabra que se debe eliminar del diccionario. Qué el reflejo de un buen hombre lo verá en ti.
Quizás con 23 años no soy la referencia de sabiduría. Muchos de ustedes me conocen, algunos no tanto. Pero el mensaje es el mismo: aceptación e inteligencia. Ellas lucharon por sus derechos, y nosotros debemos aceptar eso. Pero los valores humanos son cosas que no se deben perder por mucho escote o labia que se tenga.
Jefferson Díaz
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