LA MÁQUINA DE TIEMPO.
(No pude acomodar los espacios entre los párrafos, disculpenme eso)
Hace días leí un post en el Blog de Angie Rodríguez , que habla de un mensaje que no le está llegando a la población Venezolana y Mundial, una falta de audición constante que permite los mismos errores del pasado. Ya todos sabemos ese dicho popular que estipula: "La historia se repite", muy cierto (muy en la tierra, él que lo inventó) para una realidad donde la gente no toma escarmiento de las cosas que pasan, empeñados en continuar en esa espiral retrograda que nos lleva para atrás como el cangrejo. Cada zona geográfica de este planeta tienes sus problemas específicos entre tantos: en África el hambre, en Asia la superpoblación, en Europa la inmigración, en el Medio Oriente los conflictos bélicos, en América del Norte el desprendimiento de lo real y en América del Centro y del Sur una falta de comprensión al ámbito que nos rodea. Sobretodo en Venezuela, donde no terminamos de entender que los problemas del país son de todos y no una cosa rara que afecta a otros. La relación aceptación/ambiente no está encriptada en la mente del venezolano; es por eso que en las casas de las zonas más populares vemos televisores pantalla plana de 45´pulgadas pero la plomería no sirve para nada, preferimos pasar hambre antes de perder un "status quo" ilusorio que todos hemos ayudado a crear. Es algo realmente asombroso lo que se ve en una nación, donde cada clase social, cada gobierno, cada generación ha dado su granito de arena para construir la situación donde estamos ahora.
Venezuela en general está sucumbiendo a la inseguridad, al hambre, a la corrupción, a la burocracia absurda y a la ceguera que no nos permite ver lo que está pasando. Tenemos también una falta de audición crónica, que nos impide escuchar los conflictos que no nos dejan vivir en paz. Los sentidos de la visión y de audición tomaron unas largas vacaciones en la mayoría de los seres humanos. Aún cuando surguen grupos que con esfuerzo, dedicación y apegados a esa idea "romántica" de que sí se puede tener una felicidad real y constante, nos empeñamos en voltearnos al lado oscuro de la vida; donde las cosas son más fáciles mientras yo no me meta en algo que no me está molestando. ¡Qué se derritan los polos! ¡Qué siga el genocidio! ¡Qué siga la tortura en el siglo XXI! ¡Qué siga la pobreza extrema! ¡Qué siga la hambruna! ¡Qué siga el maltrato hacia los animales! dejemos que todos esto continue, total a mí eso no me importa porque todavía sigo cobrando mi quince y último. Criaré a mis hijos de la misma manera para que el planeta se vuelva un vertedero de nuestros propios errores y ausencias. Como me gustaría tener un máquina de tiempo para ir y venir entre las décadas, comprobando que las cosas están iguales y que sólo han cambiado de forma. Que todos los seres humanos han refinado sus métodos para hacer poco de lo importante y hacer mucho de lo superfluo; que esas contadas excepciones a tráves de la historia eran personajes que han salido de la burbuja para promover que la manera en que se hacen las cosas no es la única forma de poder comer sin tener que morder la mano del que te alimenta.
¡Un máquina de tiempo! ¡Por favor! para ver una Venezuela donde la separación política no existía y donde el Gobierno se comía el cambur pero por lo menos tiraba la concha, un país donde el pasaje estudiantil costaba 5 Bolívares, un país donde las cosas no estaban mejores que ahora pero por lo menos se dislumbraba algún futuro de cambio para bien, un país dormido que trató de despertar de la peor manera, un país en donde yo nací y que me genera nostalgías . "Más vale malo conocido que malo por conocer" una frase conformista y poco evolutiva, un refrán que he odiado sempre, una oración que ahora más que nunca deseo que desaparezca. Nada malo para Venezuela, nada mediocre y mucho menos, ignorante de la realidad. Deseo que de una buena vez soportemos el duro proceso de evolución hacia un país que tiene mucho que ofrecer. Olvidemos por un momento Presidentes, Gobernadores, Políticas Baratas y demás adornos que ponen la cosa aún más chiquitica; hagamos una inspección de nuestros pensamientos y determinemos nuestras propias culpabilidades. Seamos lo suficientemente valientes para afrontar que cuando nos comemos una luz roja en el semáforo, cuando botamos basura en la calle, cuando disparamos antes de preguntar, cuando no avanzamos por cuenta propia y decidimos robar, cuando culpamos a otros de nuestras fallas, cuando no sabemos aceptar que la vida no es fácil y por eso tenemos que trabajar muy duro para salir exitosos. Cuando admitamos que nosotros somos los únicos creadores de nuestro destino, habremos dado el primer paso a una sociedad mucho más llevadera.
Mi sentido de la ubicación está muy bien, por lo menos eso creo yo, y sé que siempre habrá maldad en el mundo. Pero quisiera creer que los chicos malos no son más que los chicos buenos. Que la justicia no es algo que nada más se puede leer en "Utopía" de Thomas Moro, sino una condición obligatoria para cuando las cosas salen mal. Mi deseo es: vivir en un país y un planeta donde la hipocrecía quede reducida a su más miníma expresión y todos los líderes sepan manejar el trabajo que les han dado, una labor que les puede permitir comer bien sin la necesidad de hacer guerras o pisotear a los demás. ¿Ilusiones de niño? ¿Alguien que no ha aterrizado? no, para nada, ese no soy yo. La intención de éstas líneas es promover la vida de la manera en que se debe vivir. Yo he conocido el robo, la sensación de desamparo por parte de mí Gobierno y más aún la frustración de creer que no se puede hacer nada. Sé que en Venezuela las cosas no están bien pero no me quiero conformar con eso. ¡No me da la gana! ¿Por qué? ¿Por qué quedarse de brazos cruzados? es hora de tomar acciones más contundentes, empezando desde lo más básico hasta lo más importante; colocando las bases de una sociedad que sí puede echar pa´lante. No botes basura en donde no se debe, no te hagas el que se las sabe todas a la hora de manejar, no seas ignorante y aprende que más no necesariamente significa mucho, analizemos que mientras seamos egoístas muchos sufren por nuestra actitud.
Mañana despertaré con el mismo pesimismo y la misma duda de vivir en un país estancado, pero al menos reconoceré que en mis palabras y en mis acciones de cada día las cosas no se apegan a lo usual. De repente muchos más harán lo mismo.
Jefferson.
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