Frase muy celebre y muy usada con el paso de los años, cuando nos encontramos de improvisto en situaciones que nos hacen recordar porque casi siempre la confianza es algo asqueroso, cuando comenzamos una relación ya sea de caracter personal, afectivo, laboral, educacional lo que sea, siempre tenemos en cuenta que el respeto y la distancia de lo desconocido son cosas que van por delante ante todo, pero una vez que el tiempo ha pasado, que las tareas se han entregado y que los romances se han desarrollado, entramos a una parte de reconocimiento personal del ser con el cual estamos compartiendo y allí señores es cuando la cosa se pone bastante interesante.
Porque será que cuando ya nos creemos seguros de algo, las barreras del miedo se rompen y el respeto por lo desconocido se desvanece, pasamos a una etapa de reaseguramiento de todo lo que aprendimos y empezamos a comernos esa mentira de que lo sabemos todo, es íncreible como unas cuantas gotas de confianza pueden desencadenar en una situación en la cual todo ya nos parece absurdo y aburrido, cuando creemos obtener el conocimiento máximo de las cosas nos perdemos en un limbo de obsenidades y de faltas morales que no dan cabida dentro de loque en realidad es una relación moral civilizada.
Claro esta que todo esto es la parte mala del asunto, pero cuando este tipo de situaciones se dan en relaciones mucho mas íntimas como las de un amigo o las de pareja, en la que llegamos a un punto en que ya todo se sabe y que la imaginación ya no tiene cabido dentro del meollo dual y empezamos a detestar las acciones del otro, empezamos a desear que no diga cosas impertinentes y fuera del momento, ya la amistad se transforma en continuadad y el amor se vuelve una rutina insoportable, es por eso que la gasolina de toda buena relación es la comunicación y la investigación. Si señores aunque ustedes no lo crean la investigación de cosas nuevas y el aprendizaje continuo de las cosas podría lograr minimizar el dicho con el que hemos empezado estas líneas.
Así que busca lapiz y papel y empieza a escribir todo lo que no te gusta de esa confianza semitotal que dices poseer, y ponte a estudiar las cosas que no creías que existían y veras que en un tiempo de seguir este consejo las cosas quizas no cmabien drásticamente pero veras el mundo de una manera muy distinta para tí mismo y para los que quieres, y podras decir con toda seguridad que la confianza no da asco, tan solo es que no la sabemos manejar.
Jefferson.