domingo, diciembre 27, 2009

POSEÍDO POR EINSTEIN

Muchos de nosotros hemos leído libros y visto películas de ciencia ficción. Allí los protagonistas se teletransportan, viajan a la velocidad de la luz y a través del tiempo; es por estas cosas que quedamos maravillados con estos eventos “ficticios” que parecen estar muy lejos de ser una realidad. Pienso que lo mismo le habrá ocurrido a los que vivieron en la época de Galileo, cuando se lanzó la teoría de que la Tierra no era el centro del Universo. O en la época de Newton, cuando este científico sacó su libro “Philosophiae Naturalis Principia Mathematica”, donde se explicaba la teoría de la gravedad y las leyes del movimiento. Es así que con el paso del tiempo la historia dio la razón a estos personajes, y hoy en día sus investigaciones fecundan las bases de la física moderna.

Yo me pregunto: ¿Pasará lo mismo con los más de 9 mil científicos que trabajan actualmente en el Colisionador de Partículas?

Conocido como LHC, por sus siglas en inglés (Large Hadron Collider) esta máquina llegó al mundo de la Física de Partículas para revolucionar y anclarse en la historia de la ciencia moderna. Algo así como cuando las computadoras hicieron su primera aparición. Construido en la frontera entre Suiza y Francia, consiste en un túnel de 27 kilómetros, rodeado por imanes superconductores que manejan partículas a altas velocidades para hacerlos colisionar entre sí. Según información publicada por la Organización Europea de Investigación Nuclear, este colisionador, si bien no es el primero en el mundo, es el que más energía produce (alrededor de 7 trillones de voltios de electrones en su pico) y se dice que puede ayudarnos a entender cómo está compuesto nuestro universo.

No escribo esto para clavarme un puñal de astrofísica. En lo personal yo nunca fui bueno en las materias que involucran números y ecuaciones. Mis reparaciones en bachillerato son la prueba de ello. Pero, vale la pena echar un vistazo a este experimento que entró en vigencia en septiembre del 2008, porque para reconocer algo que es interesante no es necesario ser Jimmy Neutrón. El LHC nos plantea la posibilidad de ver más allá del átomo, partícula que se creía era lo más pequeño que ofrecía la materia. Volvamos a la física de noveno año, sabemos que todo lo que nos rodea es materia y que los seres humanos estamos formados de ello. Por consecuente estamos unidos al Universo a través de fuerzas y partículas que apenas podemos percibir. Cuándo se abrió el átomo aparecieron los protones y los neutrones, y cuando se abrieron estos, aparecieron los quarks y los leptons, generando así la Teoría de Quantum que nos permite entender el desenvolvimiento de las moléculas que conforman el espacio donde nos desarrollamos. (Las moléculas son la parte tangible de los objetos. Lo que vemos a diario, y están formadas por conjuntos de átomos)

Espero me vayan siguiendo. El colisionador de partículas planea experimentar con las partículas que conocemos, haciendo chocar protones, quarks y leptons entre sí para ver que hay más allá de lo que conforma a la materia. Como cuando Galileo construyó el primer telescopio y no se quedó en observar tan sólo las nubes, pasó al Universo, descubriendo a Júpiter y sus cuatro lunas. Además de documentar las primeras manchas solares. Determinar cuál es la composición de las cosas me parece un experimento muy interesante, porque al manejar la materia prima de nuestro Universo, es posible lograr acciones que sólo son posibles en películas y libros.

La teoría más aceptada entre la comunidad científica es que el Universo se creó hace 13.7 billones de años, a través de lo que se conoce como el “Big Bang” concepto que todos hemos escuchado. Ahora bien, el LHC entre sus múltiples funciones pretende recrear este acontecimiento, dando paso a la generación de la materia madre que creó el tiempo y el espacio. ¡Asombroso! Los seres humanos tendrían en su poder la pasta (o como quieran llamarle) que dio vida a todas las cosas que conocemos. Claro, siempre habrá baches en el camino, uno de ellos se evidenció a principios del 2009 cuando varios de los imanes superconductores de este aparato sufrieron un desperfecto que los paralizó por completo. Atrasando el trabajo. También está la falta de una teoría dentro de la física de partículas que logre unir las cuatro fuerzas que rigen nuestro espacio.

Las fuerzas que todos conocen son las de Gravedad y Electromagnética. Sin embargo a nivel atómico existen las fuerzas Débil y Fuerte, que permiten la integración entre las partículas fundamentales que conforman al átomo. Hasta ahora se ha logrado unificar una teoría que involucre a la electromagnética, la débil y fuerte, dejando a un lado la Gravedad. Esta última por ser una fuerza relativamente moldeable (al caer un clip al suelo es atraído por la gravedad del planeta, pero con un imán el clip puede ser levantado dejando inutilizada a la gravedad) no ha podido calar entre las otras dos. Si quieren ganarse el Nóbel en Física pueden empezar por resolver este problema.

Dos cosas que también me llaman la atención del LHC y es que primero podría dar a la humanidad la llamada “Partícula de Dios”. Cada una de las fuerzas que conocemos posee un BOSON, nombre que se le da a la partícula que transporta la fuerza del movimiento. Para los físicos que trabajan en el supercolisionador, conseguir el boson “Higgs”, equivaldría a Hércules logrando su entrada al Olimpo. Este boson es el que le da masa a toda la materia, y por consecuente es la fórmula “mágica” que hace que las cosas aparezcan de la nada. ¡Interesante! Entrando al siglo XXI ya podemos imaginar la creación de una materia desde cero. También está la comprobación de la famosa Teoría de Cuerdas.

Para los que vemos “The Big Bang Theory” nos es familiar ese concepto, donde uno de los protagonistas lucha por demostrar su veracidad. La teoría de Cuerdas propone que el mundo está hecho de pequeñas cuerdas que vibran, estas vibraciones son las partículas que conocemos. Con los experimentos del LHC se podría probar que hay extradimensiones, estudiando las reacciones donde la energía pareciera desaparecer, porque se mueve en dimensiones que no podemos ver. ¡Dios Mío! ¡Más dimensiones! Suena a algo salido de Star Trek. Las dimensiones que se conocen actualmente corresponden a las de espacio (alto, largo y profundidad) y una de tiempo. Esta teoría, de ser comprobada, permitiría los viajes a la velocidad de la luz y a través del tiempo.

Con apenas unos cuantos siglos de que la humanidad entrara en la era de la Razón, y desde que nos regocijáramos por lograr la palabra escrita. Ahora nuestras mentes vuelan a la velocidad de nuestra imaginación, tratando mediante la ciencia lograr lo imposible. Por favor, sopórtenme por este escrito y sepan que al mundo de la física no tan sólo los superdotados pueden entender sus bases. Todos somos capaces de saber que quizás en unos cientos de años, podremos viajar en el espacio y tiempo.

Jefferson Díaz