lunes, marzo 23, 2009

TÍTULO DE CAJITA


Me disculpo por pasar más de un mes sin actualizar este espacio. Después de pasar todo el día sentado frente a una computadora tecleando, a lo que llegas a casa no te quedan ganas de ver ningún ordenador. Pero el tema que describiré a continuación amerita apartar un poco de tiempo hogareño para compartir algunas ideas con ustedes; desde hace varios días he venido leyendo en la prensa las ganas que tiene la Asamblea Nacional (AN) venezolana de reformar la Ley de Ejercicio del Periodismo que existe en el país, y es que como ahora está de moda la descentralización, el oficio de informar no puede quedar fuera de los planes gubernamentales. Ahora con la llamada comunicación socialista , medios comunales y hasta panfletos informativos, que en algunos lugares denominan periódicos comunitarios, el gobierno quiere impulsar una reforma a la mencionada ley para incluir estas nuevas tendencias que rondan en el ambiente desde hace largo rato.
No es que no crea en la democratización de los medios, quizás es un poco ingenuo de mi parte creer que las grandes compañías de comunicaciones se levantarán un día y decidirán hacer periodismo ciudadano, pero en lo que si no estoy de acuerdo es en la desprofesionalización que se quiere hacer con la Comunicación Social. Todos sabemos lo difícil que es sacar una carrera en este país, los estudios de tercer nivel requieren de un esfuerzo que involucra horas invertidas en estudio, dinero gastado en libros y largas arrecheras debatiendo con profesores y compañeros de clase para que los proyectos universitarios salgan de la manera correcta. Es por eso que a la hora de recibir nuestro diploma que certifica nuestro logro, nos sentimos satisfechos del trabajo realizado, más aún si la profesión que elegimos es la que nos gusta. Pero si después me dicen que una persona que no tiene nada que ver con la comunicación esté a la par de el trabajo que yo realizo, es una verdadera bofetada hacia el gremio.
Si bien es cierto que el Colegio Nacional de Periodistas (CNP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (Sntp) tienen su gran rabo de paja en como se ha llevado el periodismo en Venezuela, eso no quiere decir que vas a pasar por encima de un conglomerado de profesionales de la comunicación que están tratando de regular el ejercicio de este trabajo hoy en día. Voceros de la Comisión de Ciencia, Tecnología y Comunicación Social de la AN, han indicado que la reforma a la Ley de Periodismo no está en la agenda legislativa de este año, pero que es un tema pendiente por discutir, debido al cambio de realidad que han sufrido los medios de comunicación venezolanos. Radios comunitarias, páginas web informativas, semanarios comunales y blogs ciudadanos, son algunos de los ejemplos comunicacionales que han invadido el terreno periódistico del país, situación que no es mala pero que sin control puede desvirtuar el verdadero objetivo del periodismo. Sería como tener a mil generales pero sin soldados en una guerra.
La nueva gestión del CNP, lo sé por referencias cercanas, se ha dedicado en los últimos meses a darle un vuelco a ese organismo hacia las nuevas tendencias mundiales. También procuran rescatar el sentimiento gremial que debería existir en cada profesión. A un individuo se le hace más difícil cambiar las cosas, pero a un conjunto de personas trabajando por un mismo objetivo, los obstáculos les resultan más llevaderos. Nadie es monedita de oro para caerle bien a todos, eso todo el mundo lo sabe, pero perder una institución que para bien o para mal viene funcionando desde hace más de 40 años, es una soberana irresponsabilidad. Para cambiar no es necesario destruir lo viejo, en una época tan al día como ésta, las renovaciones son posibles. Es por eso que la creación de un Consejo Nacional de Comunicadoras y Comunicadores Socialistas, hay que observarla con recelo y con mucha prudencia.
La alta polarización política de Venezuela no ha dejado espacios libres. Escuelas, universidades, compañías, hogares y hasta en el botiquín de mala muerte de la Baralt se han inmerso en debates ideológicos, claro, algunos con mayor relevancia que otros. El punto es, que no debemos permitir que una actividad tan importante como la de informar a nuestra sociedad, se vea manchada por el favoritismo hacia alguna tendencia, el palangrismo y peor aún, la falta de fuentes verdaderas. Si bien yo no tengo décadas de experiencia, me gustaría creer que las nuevas generaciones de periodistas podemos empezar con buen pie; respentando las instituciones que han servido de referencia y control para el periodismo venezolano. Llamar socialista, comunista, capitalista o como lo quieras llamar a una organización que debe velar por que la información se lleve de manera correcta, es caer en un error de segregación hacia la persona que no comparte ese término. Somo más de 26 millones de venezolanos, y no todos están conformes con el proyecto que lleva desde hace diez años el gobierno nacional.
"Del dicho al hecho, hay mucho trecho". Popular refrán que encierra mucho de lo que digo aquí, no es mi intención ser la Madre Teresa de Calcuta o el redentor de los Comunicadores, y pienso que dar charlas de moral a los colegas es una gran insolencia; pero piénsenlo, piensen que si nos dormimos en los laureles dentro de poco nuestros diplomas tan solo serán el recuerdito que venga dentro de una cajita de cereales. Esto debido a que nuestra profesionalización no valdrá nada ante una persona que sienta "las ansías" de decir la verdad. Su verdad.
Jefferson Díaz.